1. Diferencias entre el mundo
desarrollado y el subdesarrollado
La diferencia de desarrollo entre países se debe a
múltiples causas, no únicamente a las de tipo económico. Esas causas tienen a
la vez un origen interno como externo. No todos los Estados tienen el mismo
grado de organización social, ni similares estructuras productivas, ni
parecidos recursos financieros, ni modos de vida equiparables. En la
actualidad, dos realidades contrastan bruscamente: la de los países
desarrollados y la de los países subdesarrollados o en desarrollo. El 80% de la
población mundial vive en este segundo grupo.
2. El subdesarrollo:
Todos vemos en televisión imágenes que ilustran el
subdesarrollo y nos preguntamos cuáles son las causas de dicha situación, y
aunque algunos países, como China, han logrado mejorar su crecimiento y el
desarrollo de sus ciudades y de muchos de sus habitantes, cada vez existen más
personas en el mundo en situación de pobreza.
Las causas y las características del subdesarrollo
no son iguales para todos los países ni para todas las personas que lo sufren
pero el mismo es, sin duda, el aspecto más importante que debería abordar la
Economía, que, no olvidemos, trata de satisfacer las necesidades humanas.
2.1. Crecimiento, desarrollo y
desigualdad
El crecimiento económico es uno de los objetivos
principales de los gobiernos y de las más importantes instituciones económicas.
Si recuerdas, entendemos por crecimiento económico el aumento en el valor de la
producción de los bienes y servicios elaborados en un lugar y para medirlo
utilizábamos principalmente el indicador económico del Producto Interior Bruto
(PIB).
El aumento de los bienes y servicios que hay a
disposición de las personas puede suponer una mejora de sus condiciones de
vida, es decir, se puede lograr el desarrollo económico. Este desarrollo hace
referencia, no tanto a la mejora desde el punto de vista cuantitativo sino a la
mejora en la calidad de vida de todos los habitantes.
El análisis de la evolución de los países nos
muestra cómo el crecimiento económico es una condición necesaria para lograr el
desarrollo pero no siempre es suficiente. Esto se debe a que no siempre logra
la mejora para todos los habitantes, sobre todo porque el crecimiento puede
repartirse de manera desigual.
Importante: El crecimiento económico y el
desarrollo no son conceptos iguales. Mientras que el crecimiento económico mide
de una manera material la situación de las sociedades, el desarrollo hace
mención a la evolución de todos los habitantes hacia mejores niveles de vida.
Ten en cuenta que para mucha gente su nivel de vida sí que mejora gracias al
crecimiento económico, pero que también existen muchos habitantes (incluso de
países con fuerte crecimiento económico) a los que, sin embargo, no llega el
desarrollo.
Para tener una visión más completa de la situación
de un país más allá del crecimiento podemos aproximarnos a su grado de
desarrollo humano. Este concepto fue planteado y definido por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 1990. Amartya Sen,
importante colaborador del PNUD, argumentó que la causa de la pobreza no estaba
en la falta de recursos suficientes sino en su falta de accesibilidad.
El concepto de desarrollo humano parte de la
satisfacción de las necesidades básicas como elemento central, pero subrayando
que existen otras dimensiones además de las económicas. El desarrollo es, pues,
un concepto integral que pretende la ampliación de las oportunidades del ser
humano: vida prolongada y saludable, adquisición de conocimientos, calidad de
vida, etcétera.
Así, el desarrollo se consigue cuando las personas
adquieren mayores capacidades y no sólo cuando pueden consumir más. Como
aspecto concreto y de manera primordial el Desarrollo Humano se propone el
posibilitar el acceso a toda la población a unos mínimos en alimentación,
sanidad y educación.
Al medir la riqueza de las naciones en términos de
PIB per cápita se llegó a la paradoja de que muchos países subdesarrollados, en
la década de los cincuenta y sesenta del siglo pasado, habían aumentado su
renta nacional a niveles similares a los de los países desarrollados sin que
ello se tradujese en una equiparación de la calidad de vida de la mayoría de la
población. Por ello el PNUD propuso en 1990 el Índice de Desarrollo Humano
(IDH) como una síntesis de las condiciones sanitarias, educativas y económicas
de la población de los distintos países. Se trataba de dar una medición del
desarrollo mucho más amplia que el PIB per cápita por sí sólo. Desde entonces,
el PNUD publica anualmente el IDH de de más de 170 países facilitando los
análisis comparativos.
La paradoja apuntada en el texto relacionada con el
hecho de que cuanta más riqueza se genera más pobreza hay, se deriva de la gran
desigualdad que se produce en la distribución de la renta dentro de los países
y a nivel global. También éste ha sido un tema tratado en temas anteriores,
Especialmente cuando hablábamos de las limitaciones
del sistema de mercado y de la necesidad de la intervención del sector público
en las economías.
Existe una enorme desigualdad en la distribución de
la renta. Según datos del World Watch Institute, el 20% más rico de la
población gana el 86% de los ingresos mundiales, mientras que el 20% más pobre
tiene que conformarse con el 1,1%, lo que implica que una cuarta parte de la
población mundial (1.500 millones de personas) sigue viviendo en la pobreza. De
los 6.200 millones de habitantes de la Tierra, 360 personas (un 0,000005%)
poseen una riqueza anual superior a los ingresos del 45% de la población
mundial. Con estos datos, más chocante todavía es comprobar cómo la riqueza de
los tres primeros multimillonarios es igual al PIB de los 48 países más pobres.
¿Se produce esto porque no hay una oferta de
recursos a nivel mundial suficiente para todos? No: hay recursos para todos,
pero están desigualmente repartidos: los países desarrollados, con un cuarto de
la población, consumen el 70% de la energía disponible en el planeta, el 75% de
sus metales y el 60% de sus alimentos.
- Esa desigualdad se traduce en enormes diferencias en cuanto a la alimentación (vivimos en un mundo de obesos y de hambrientos), el acceso al agua potable (la diferencia en el consumo medio de agua entre unos países y otro es abismal), o la educación.
- También se ilustra en lo que se viene a denominar la brecha tecnológica y digital: frente al disfrute en los países desarrollados de los últimos avances de la tecnología y de las telecomunicaciones, 600 millones de personas ni siquiera han hecho en su vida una llamada telefónica.
Pero en los países ricos tampoco desaparecen los
problemas de la desigualdad: según las mismas fuentes más de 150 millones de
personas en estos países viven por debajo de la línea de la pobreza de ingreso.
En España hay más de 300.000 personas sin hogar y unos 800.000 viven en
situación de pobreza. Mientras tanto, algunas de las personas más ricas como
Amancio Ortega (Inditex) o Emilio Botín (presidente del BSCH) poseen un
patrimonio superior a los 300 millones de euros.
Es importante destacar que la pobreza se
convierte en muchos casos en origen de violencia directa. No poder satisfacer
las necesidades básicas puede contribuir a la generación de violencia por parte
de las personas que ven mermadas o anuladas sus oportunidades de desarrollo
personal. Para que haya paz es imprescindible que las personas tengan seguridad
humana, lo que significa sentirse seguras ante las condiciones de su vida
diaria, disponiendo de protección ante fenómenos como l
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